lunes, marzo 30, 2009

GRACIA


¿Cómo es que el trayecto entre el comienzo de una linea de espera hasta su final se tranforma en una peregrinación a encontrarnos con Dios?

¿Qué sucede cuando la caminata apurada al trabajo se transforma en un paseo en el que sentimos la compañía silenciosa de Jesús en el eco de nuestros pasos?

¿Cómo es que a un día triste y frío se le prenden las luces con un apretón de manos, con la llegada de un abrazo o con el sonido de la voz de quien nos hace sentir queridos?

¿Qué se fusiona dentro, cuando en medio de tantas frustraciones, apuros y contratiempos alguien nos hace ver el vaso medio lleno y sentimos que no nos hizo falta más que eso para que el aire vuelva a entrar y hasta se nos escape un suspiro de alivio...

Cuando en medio de tanto cemento, ruido, polución, rostros serios y hombros apretados me encuentro mirando el atardecer desde un piso 13 con mi terapeuta... Cuando en un beso mi novia me dice todo lo que necesito escuchar... Cuando levanto los ojos al cielo para recordar que Dios es mucho más que todo esto... Me encuentro con la GRACIA, y ningún otro encuentro podría ser tan afortunado.

En mis transacciones con Dios, recibo siempre más de lo que doy. Aún asi, nunca estoy en deuda, la situación bursatil siempre es alagueña y la crisis mundial parece de otro planeta. El balance siempre es positivo en los libros y en los asientos de la GRACIA.