martes, noviembre 10, 2009

Gustavo y Gustavo



José Luis (Pepe) no sabe qué hacer los días lluviosos, no sabe qué hacer los días ventosos, no sabe qué hacer los días soleados. José Luis no sabe qué hacer con sus días. Lo diario parece pesar al igual que su portafolios de cuero gastado en donde lleva una inmensa cantidad de papeles. Hojas dobladas suelen asomar por algún
cierre a medio cerrar del maletín, dobladas como su figura, longilinea y delgada. Usa bufanda roja que hace juego con el marco de sus anteojos colorados. La primera disimula el bigote frondoso el segundo su prominente nariz aguileña. Si se presta atención no cuesta encontrar una cicatriz en la parte posterior de una de sus mejillas distrayendo la vista de su sonrisa picara. Trabaja todavía en la misma escribanía en donde hace 43 años comenzara “temporalmente”.
Ya son 54 las mañanas que lleva contadas. No supo y no sabe cómo se hace. Esto de
tener un hijo defendiendo a “la patria” lo tiene inquieto y desconcertado. Olvida las
direcciones a las que está yendo a dejar papeles. Confunde las calles y olvida bajar
del colectivo en la parada señalada. Algunos lo desconocen, no es el “Pepe” simpático
y porteño, de esos que con su histrionismo y amabilidad se ganan el cariño de clientes
y compañeros de trabajo. Estas últimas semanas lo han cambiado. El está aquí, su
hijo está allí. Su hijo Gustavo es su “único” hijo. En pocos días más cumplirá los 32
años. Hoy es un oficial en combate del ejército argentino. Hoy está en Malvinas, José
Luis aquí, o mejor dicho también allí. No hay día en que no rece antes de dormir y se
acueste soñando con verlo regresar. Ojalá pudieran festejar el cumpleaños juntos.
Ayer ocurrió lo inesperado. No sabemos bien como llegó hasta el hospital, pero
cuando abrió sus ojos se encontraba en la unidad de terapia intensiva del Argerich,
apenas a unas cuadras de su casa. Quiere hablar pero no puede, quiere moverse pero
apenas consigue sentir su lado izquierdo. Su diagnóstico tiene 2 de las letras del canal
en que su televisor ha estado clavado por estos últimos días, ACV.
Ante la noticia Gustavo, su hijo, es enviado de regreso a casa. José Luis es la única
familia que le queda y está muriendo. Cuando finalmente llega a la sala de cuidados
intensivos del Argerich Gustavo se sorprende al comprobar que el paciente entubado y
semiconsciente no es su padre, se ha cometido un grave error! José Luis Martínez no
es su padre sino el padre de Gustavo Alfredo Martínez, compañero de la escuela de
oficiales con el cual lo habrían confundido infinidad de veces en los tiempos de recluta.
Luego de superado el shock y meditando en su situación se acerca al médico
encargado de sala y le pregunta:
- ¿Dr. Cuanto tiempo de vida le queda al Sr. Martínez?
- No lo sé, tal vez algunas horas, llegaste en el momento justo- Responde el facultativo.
Gustavo que ha abandonado un campo de exterminio y muerte como lo es la guerra, se acerca desde su gran corazón y apretando fuertemente la mano izquierda de Pepe le dice dulcemente:
- Papá estoy aquí, he vuelto, no te preocupes...
José Luis se aferra a la mano de Gustavo. Sus ojos que parecían casi sin vida se abren con un luminoso fulgor de gratitud. Una leve sonrisa pone armonía y tranquilidad en la expresión del rostro. Finalmente fallece algunas horas después aquel 1 de Junio de 1982.
- No sé si José Luis supo que yo no era su hijo, lo que sí sé es que por esas horas, yo lo sentí mi padre…-
Esas fueron las palabras de Gustavo a Gustavo Alfredo ya de regreso en el campamento argentino, unos poco kilómetros al sur de Puerto Stanley. Palabras que se pronunciaron embargadas de emoción y se cortaron en un interminable y fuerte abrazo apagando el frio de una guerra a punto de concluir.

sábado, julio 04, 2009

En alquiler


"Alquilo (con derecho a devolución si no se encuentra satisfecho)
nuevo mundo en donde Tvs, Radios, Mp3 players, teléfonos, bippers, pcs... se encuentran apagados. En donde carteles, anuncios, erotismo, luces, modas y marcas son dadas de baja y puestas de vacaciones.
Si las voces más importantes de sus días son las menos audibles y se cansa de hacer infructuosos esfuerzos para poder escucharse... Esta oferta es para usted! No se apure, la oferta no es por tiempo limitado ni tiene que llamar YA! Tómese su tiempo, dedíquese a estar en silencio antes de llamar al número que aparece en pantalla, pienselo con tranquilidad".

.......

Que tiene el silencio que nos resulta tan difícil? Imaginaste un mundo oxigenado por el sonido del silencio?
Por qué el silencio grita tan fuerte?
Por qué, además, no hacer nada es tan trabajoso para algunos de nosotros? Por qué orar, meditar, estar en la soledad del alma y conocer los rincones de nuestro ser en donde solo nos es dado a nosotros entrar... está tan en desuso?

..........
Brindo por menos ruido y más nueces...

jueves, junio 18, 2009

Estar no estando


No hay mejor manera de estar que no estando.


Muchas veces somos algo más que un mueble en ambientes donde no somos valorados. Estar es seguir aceptando la transacción que va en contra nuestra y de nuestro respeto propio, en donde los demás decidieron no darnos el lugar o el valor, o el agradecimiento correspondientes... y nosotros aceptamos sin proponer cambio alguno, el mal negocio.

Cuando dejamos de estar, dejamos un vacio que se nota, se siente y se aprecia. Paradójicamente es la mejor manera de estar, sin estar. Pues en ese momento se siente nuestra ausencia, tu ausencia.

Quiero homenajear humildemente hoy, a todos aquellos que están y que por nuestro egoismo no solemos notar hasta que dejan de estar.

lunes, junio 08, 2009

"No tengo tiempo"




En el supermercado no compro café si no es instantáneo. En la TV, luego de presentarme el último producto que necesito para solucionar todos mis problemas, se me dice que "llame YA!". Me atrae mucho un servicio si es expreso, rápido! Mi sociedad es "micro ondas"... aunque la pizza queda blanda y la masa de la empanada pierde el hojaldre, no importa, es más rápido calentar en el microondas. Somos capaces de sacrificar mucho por ir más rápido, como por ejemplo el poder ocupar un asiento en el trasporte público, vamos parados porque "no hay tiempo" para esperar. La pregunta es, ¿A dónde queremos llegar? Vamos más rápido pero, hacia dónde? A proposito de esto; el fin de semana pasado encontré entre mis cosas guardadas mi primer laptop o computadora portátil (como quieran llamarle). La compré hace exactamente 9 años. Es gorda, pesada, su pantalla es chica y para abrir cada programa tarda lo que parece una eternidad. Hace mucho ruido y tiene poca memoria... Me parecía que hoy no podía esperar los tiempos de la que una vez fue "mi computadora nueva y de última generación". Mi computadora portátil actual, en cambio, es mucho más rápida, de diseño compacto, silenciosa, con procesador dual core y todo lo que se le puede pedir a un dispositivo de este año. Lo cierto es que en aquella vieja laptop escribí mis trabajos de investigación, mis apuntes de la universidad, mis primeros ensayos y hasta las tesis con las que terminé mis estudios. Tener una computadora más rápida no me ha hecho tener más tiempo para dedicar a lo que me gustaba hacer...

No recuerdo la última vez que cuando un amigo me preguntó si tenía tiempo le respondí con un "sí!" sin pensarlo dos veces. No recuerdo cuando fue la última vez que me sobró tiempo durante una semana para tirarme al sol, leer un cuento, salir a caminar temprano o despertarme sin usar alarma porque ya había dormido lo suficiente. En cambio, sí recuerdo bien el tironeo interno que sentí esta mañana entre levantarme y seguir durmiendo... También tengo muy presente como me frustran los SÍ que ofrezco aceptando más de lo que puedo hacer para luego enojarme conmigo mismo. Y recuerdo al viejo Salomón diciendo: "Todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su tiempo... todo tiene su hora... Dios hizo todo hermoso a su tiempo... Entendí que cuanto Dios hace , permanece para siempre, y nada se le puede añadir ni quitar..." (Eclesiastés 3:1,11,14)"

Y me quedé tildado, pensando, allí junto a Salomón, que entendió todo esto de viejo... Y me pedí a mi mismo que no me lleve tanto tiempo... Porque si quiero algo, va a llegar en su tiempo y cuando le dedique el mio. Porque cada cosa es hermosa a su tiempo...

Termino deseandote 3 regalos:
Que el próximo sorbo de café se te de disfrutando su sabor, su aroma, su momento.
Que la próxima charla sea sin apuro, sin tironeo, sin manipulación.
Que te tomes tu tiempo, después de todo es tuyo y es para que lo vivas vos.

“Você é sempre, você!”

Transcurría el caluroso invierno del año 2006. Me encontraba en el estado de Maranhao, bien al nordeste de Brasil. Hacía pocos meses que había concluido mis estudios universitarios y decidí pasar un par de años misionando. Así es que estaba trabajando junto a dos pastores en Barrerinhas, un distrito que contaba con 70 iglesias. El trabajo era enorme y yo estaba tratando de colaborar todavía con un portugués muy pobre. El clima no ayudaba ya que aun siendo invierno, las temperaturas variaban entre los 25 grados de noche y 35 grados durante el día. Para recorrer el territorio utilizábamos barco, moto cross y algún vecino que nos llevaba en su 4 x 4. Era una zona selvática, difícil de penetrar, con muchos caminos angostos, ríos, lagunas y arroyos que cortaban el paso. La aventura para mi era fascinante. Me sentía una mezcla de explorador y aventurero. Constantemente lograba distraerme de cuestiones existenciales y preguntas sobre el sentido de mi vida y especialmente sobre mi futuro como profesional. Casi parecía que no necesitaba plantearme estos asuntos que días atrás me tenían tan ensimismado.

Viví ese tiempo en la casa del pastor Mauricio. Al princípio no entendía mucho, ni sabía bien lo que comía, pero me dieron tanta hospitalidad y tanto afecto que todo se toleraba de buen ánimo. Pasaron los días y me hice amigo de la familia, especialmente de sus dos hijos. Emilie era la menor, una hermosa garota de 6 años de edad. Simpática, despierta y graciosa. Qué bueno era jugar con ella! Era mi compañera, a donde yo iba, ella iba también... bastaba mirar hacía atrás y allí estaba Emilie con su sonrisa picarona. Natán, su hermano, me buscaba pero con fines bien definidos: jugar al futbol, correr una carrera, ir a nadar o trepar un arbol. Pero Emili, parecía buscarme porque le gustaba estar conmigo, me encariñé mucho con ella y me enseñó las mejores lecciones de portugués.

Cierto día, por causa del calor y el uso del casco para andar en moto, decidí cambiar de look. Así fue que me hice cortar el cabello bien corto, tan corto que no tenía necesidad de peinarlo. También decidí sacarme la barba. Quedé bien distinto y hasta parecía menor. Cuando Emilie me vio, se largó a reír! Se reía con tantas ganas, que me tentó y comencé a reír con ella. Mientras se reía me dijo: “você... –jaja- tiro sua barba...-jaja-”! A lo que yo respondí: “Sim, agora sou outra pessoa!” Sin esperar un instante afirmó: “nao! você é sempre, você!”.

Você e sempre, você! Emilie me enseñó una lección ese día. Una lección que me es útil cuando las cosas en la vida no están en orden. Es cuando nos sentimos vacios de sentidos, frustrados con nosotros mismos y nuestra vida diaria, aburridos de batallar con problemas iguales, avergonzados de volver a pedir perdón por lo mismo, cuando estamos fragiles e incoherentes... Es allí cuando recuerdo el você é sempre, você!

Así es, sencillo y claro. A la vista de Dios, aunque no lo sintamos, aunque no lo merezcamos, aunque no tengamos cara para volver... Para Él siempre somos sus hijos. Y cuando un hijo vuelve Él hace una fiesta, aunque pensemos que lo único que merecemos es un castigo .

Cuando sintamos que la vida nos cambió, que las cosas nunca van a volver a ser como antes o que ya no hay vuelta atrás... hace bien recordar las palabras del padre al hijo pródigo (Lucas capítulo 15 en la Biblia). No importa cuanto hayamos cambiado a la vista de otros y cuan agenos nos sintamos a nosotros mismos, para Él (y para Emilie), você é sempre, você!



miércoles, mayo 20, 2009

Para qué?


Servir pasado en copas nuevas...
Estrenar look saliendo de una feria americana...
Modernizar el decorado visitando un anticuario...
Explorar intrépido en busca de futuro revolviendo en cofres con olor a humedad...
Ser testaferro de historias prestadas...
Asumir cargos que ganaron votos agenos...
Olvidar el futuro en la flor de la vida para buscarlo mañana, marchito, marchado...
Exigir juventud visitando un asilo...

Estoy cansado de presente que huele a pasado. Estoy cansado de contradicciones "sabotágicas". Estoy cansado.
Si queremos futuro plantemos presente. (punto).

domingo, mayo 10, 2009

tener y deber


"Tengo que hacer esto" y "es mi deber hacer aquello"... cual es la diferencia? Algunas ideas personales:
"Tener que" se relaciona con algo propio, una exigencia que uno considera perteneciente o interna. Es interesante como el lenguaje actúa y representa lo abstracto. Las obligaciones que se sienten propias son habladas desde el "tengo que" lo tengo, es mio, me pertenece, la siento propia a la obligación que quiero cumplir. Tener clase, estilo, éxito se relacionan con algo que se logró en forma personal. No se lo debe uno a nadie.

"Debo hacer" tiene que ver o se significa (desde mi perspectiva) como lo que no me pertenece, como lo que todavía no he apropiado y asumido. Tiene que ver con la imposición que viene del afuera. Por ser imposición no quiere decir que sea mala, solamente no siento ésta como propia o como que me pertenece, no siento que nazca de mi experiencia, más bien viene desde el afuera y se me presenta como distinta a mi propio yo.

Entre deberes e imperativos están nuestros "tengo que"... La pregunta es: "Realmente tengo qué? Por qué? Para qué? Quiero? Me sirve? Me hace bien?...

Muchas veces el que sufre es víctima de lo que se ha impuesto como sufrimiento desde un "tengo que", lo que ha elegido consciente o inconscientemente, lo que creemos impuesto y ajeno y en realidad es propio y obsceno.

lunes, marzo 30, 2009

GRACIA


¿Cómo es que el trayecto entre el comienzo de una linea de espera hasta su final se tranforma en una peregrinación a encontrarnos con Dios?

¿Qué sucede cuando la caminata apurada al trabajo se transforma en un paseo en el que sentimos la compañía silenciosa de Jesús en el eco de nuestros pasos?

¿Cómo es que a un día triste y frío se le prenden las luces con un apretón de manos, con la llegada de un abrazo o con el sonido de la voz de quien nos hace sentir queridos?

¿Qué se fusiona dentro, cuando en medio de tantas frustraciones, apuros y contratiempos alguien nos hace ver el vaso medio lleno y sentimos que no nos hizo falta más que eso para que el aire vuelva a entrar y hasta se nos escape un suspiro de alivio...

Cuando en medio de tanto cemento, ruido, polución, rostros serios y hombros apretados me encuentro mirando el atardecer desde un piso 13 con mi terapeuta... Cuando en un beso mi novia me dice todo lo que necesito escuchar... Cuando levanto los ojos al cielo para recordar que Dios es mucho más que todo esto... Me encuentro con la GRACIA, y ningún otro encuentro podría ser tan afortunado.

En mis transacciones con Dios, recibo siempre más de lo que doy. Aún asi, nunca estoy en deuda, la situación bursatil siempre es alagueña y la crisis mundial parece de otro planeta. El balance siempre es positivo en los libros y en los asientos de la GRACIA.

domingo, enero 18, 2009

Prefiero...


Prefiero dar a pedir...
bomberos a bombarderos,
amar a querer,
ir a venir y
cabañas a palacios.


Prefiero crecer a acomodarme,
correr a caminar,
arriesgar a lamentar,
esperar a conformarme,
lo mejor a "peor es nada".


Prefiero fotos a videos,
películas a series,
libros a play stations,
bailes a desfiles.


Prefiero usar tarjetas a efectivo,
teatro a cines,
trabajo a fiaca,
amigos a conocidos.


Prefiero vivir a morir,
existir como persona a ser parte de una "unicidad cósmica",
Dios a la teología,
vivirlo a pensarlo.


Prefiero hablar menos y hacer más,
entender a aceptar por ,
un atardecer a un amanecer,
un abrazo y suspiro a un beso y olvido.


Y prefiero terminar aquí...