sábado, enero 29, 2011

Encontrar

Perdido en los callejones sin salida de los ensayos que no acaban y no terminan tampoco en ninguna parte.

Es raro caminar la cornisa de un edificio que no construiste, inmueble al que te llevaron y te enseñaron aceptar como propia casa. Cuna de una institución que estás seguro, no elegirías si tuvieras que transitar por las escaleras y los pasillos previa consulta a tu propia voluntad, sin lastres de pasados que pesan hacia adentro.

Cómo sería tu vida sin esta tradición? Cómo sería tu pensar sin tanta deformación proteccionista?

Imposible saberlo, agradable pensarlo.

Lo curioso es que si hubiese podido esperar a adulto para elegir mis convicciones personales no creo que hubiese elegido las mismas que, por lo menos otros, creen que sostengo hoy. No creo que el camino hubiese sido en alguna manera parecido a este.

Y en la posibilidad alegórica de que mi vida no sea como es -en base a decisiones distintas-, se pierden tantas cosas que hacen que mi vida sea mia, que no sé si este sueño de día en el que estoy subido a otra realidad y recorriendo otras galerías puede considerarse mejor.

No sé sobre aquello o en realidad sé demasiado sobre esto. Y sobre esto escribo en este post.

viernes, enero 28, 2011


El vértigo de las fotos y las letras.

La curiosidad de no saber casi sabiendo.

La distancia ínfima entre dos puntos equidistantes a un centro, Gran Centro.

La velocidad de lo impredecible y de lo desconocido.

El loco vivir cotidiano cortado como el café, por un coffee mate home made lejano.

La vida que parece tomar otro color de la mano de lo que es sin ser.

El hecho de que no me entiendas del todo mientras leés y lo sigas haciéndo.

El combustible de no poder más y seguir pudiendo...

domingo, enero 16, 2011

La gran idea


Tengo una gran idea que va a desbloquear millones de tus ideas. Es una idea brillante, revolucionaria, y como toda gran idea es "simple"! Estás preparado?

Dormir!

Vos que me estás leyendo y te sonreís, estoy 90% seguro de que te incluís en el grupo de los que duermen poco.
El camino hacia más felicidad, plenitud y la paz, no es la meditación, el yoga o los tratados de las naciones unidas, es dormir!!!!!!!!!!!!!!!
Y nosotros los bloggeros vamos a liderar esta nueva revolución que nos llevará a cumplir los sueños desde el colchón.

Dormir poco, estar con la agenda llena, no tener un minuto ni para comer, puede dar la idea de que somos increiblemente productivos e importantes. Sin embargo, Peter Drucker dice: "no confundas movimiento con progreso". Adhiero!!!

Lo cierto es que brillantes líderes, políticos y gente muy inteligente (altos IQ) no toman buenas decisiones cuando no duermen! Me siguen? No se puede sin dormir!!

Mi propuesta es apagár la compu, cerrar los ojos e ir a dormir. Es justo lo que estoy por hacer.

Te veo en la cima. De la mano de Morfeo, allá vamos!

lunes, enero 03, 2011

Y no lo ves? Estás esperando en el último bagón hasta la estación del corazón.

Igualmente, las estaciones y los años siguen pasando,
tempestades de tiempos y tormentas, soles y lunas,
bien mentadas desde lo profundo
de una caminata lenta a ninguna parte.

El tiempo envejece cuando estoy lejos
y cerca
e intermitentemente presente.

Kuala Lupur o Dubai,
no importa donde,
siempre es cerca para encontrarnos.
El boleto de regreso se venció dentro de mi,
y ya no vuelvo más a donde nunca he estado.

¿La carta o el sobre?

Sentí un alivio infinito, como si ese pequeño sobre apaisado sobre mi cama fuera el talismán que quebraba terrible día de pesadilla.

Me llamó menos la atención el color que el perfume. El color: celeste anémico que algún tiempo atrás, en el momento de comprarlo pudo haber sido algo así como un lavanda. Me llevé el sobre a la nariz. El perfume (una mezcla de papel, nicotina y

chicle Big Red de cinnamon) no hacía juego con el color del sobre, con el momento que vivía ni con parte de las huellas (tal vez del cartero) que se encontraban ensuciando "mi" sobre. Lo sentí muy "mío". Pues ahora lo era, después de todo tenía mi nombre escrito en letra mayúscula y prolija, clara evidencia de que había sido preparado con la paciencia y la premeditación necesarias. Preparación que lo convertiría desde el momento de enviado en mi futura propiedad.

No había remitente.

Miré el sello del correo, leí "Tucson, Arizona".

Para entonces, la toalla que circundaba mi cintura y las gotas que todavía colgaban de mi espalda me incomodaron. El verano a esta hora del día no conseguía evitar el escalofrío. Eso sí, mi curiosidad logró disuadirme de dejar el asunto para después y con medio sobre abierto descubrí que tenía la carta y un par de fotografías ya en las palmas de mis manos. Pestañé varias veces, la letra no me dejaba lugar a dudas. Pero las fotografías contradecían todas mis expectativas...