sábado, abril 16, 2011

Playa invierno (3ra parte)


Y los momentos como sucesiones irrepetibles en el espacio del tiempo no pueden dejar pasar a este. Pues este no es uno, sino que este es El momento. Es que este momento tiene que ver directamente con lo que él (no el momento, sino por el contrario él en este momento) ha dejado de significar.

Hoy Paula se ha parado sobre sus dos pies.

Luego de estar acostada y dormida durante la noche, descubre que despertar no siempre es tan incómodo. El sol es claro y luego de acostumbrar sus pupilas al día, la duda de la penumbra no dice presente. Ya no sabe cuál es el camino, lo que sabe es que no estaba transitando ninguno que la lleve a encontrarlo.

Hoy Paula se ha parado sobre sus propios pies. Pararse sobre sus propias piernas es parecido a la sensación de recordar que con la única persona que tiene la absoluta seguridad de levantarse y acostarse todos los días de su vida, es con ella misma, nadie más. Realidad que encuentra su corazón diferente pues él se ve diferente hoy. Él lucia indestructible, completamente entero, más allá de cualquier vulnerabilidad.

Hoy no.

Hoy sí.

Hoy sí puede pensar. Hoy puede decidir y decir lo que decide. Secar sus lágrimas y dejar el exilio. Sí, dejar el ex-ilio. Dejar al ex y a su lío.

De aquí en más, la historia no se cierra, se abre. Y todo aquel que ha pasado por principios y finales entenderá que no puedo más que dejar abierto este final. Libre. Completamente librado a su propio azar. Enteramente ajeno a estas letras y completamente vivo, como cada día que Paula ahora vive parada sobre sus propios pies. En sus pies no hay arena, ni olas, ni playa. Ya no es invierno.


FIN