domingo, junio 06, 2010

La carta de Sofía


...Me entregó la carta manuscrita y en hojas rayadas. La tinta era negra y la caligrafía prolija y entendible. En el sobre mi nombre y título profesional, en sus labios la indicación de leerla a solas y rezar. Prometo hacerlo.

Sofía escribe bien. Organiza las ideas en forma cronológica, interesante y llevadera. No me costó más que unos minutos recorrer las 9 carillas de historia y sentimientos.
Decidió escribir, porque, según ella, la ayuda a sentirse mejor, le saca un peso que lleva en el pecho. En la carta me cuenta especialmente como fue su último día con Carlos. Relata las horas previas a la extraña sensación que precediera al accidente cerebro vascular. Carlos no tiene más que 40 y está hoy en la unidad de terapia intensiva, a pocos metros de donde escribo. Su vida pende de un hilo.

Los médicos bajaron el pulgar y la familia de Carlos se ha ido a hacer los preparativos necesarios para lo inminente. Sin embargo, allí está ella.
No deja su lugar pues dice tener temor de no estar cuando él decida partir. Penélope esperando un milagro a contracorriente. Julieta desafiando el destino de su Romeo.
Y la magia de la fé envuelta en amor se acomoda a pocos metros míos, mientras me pregunto como comenzaré mi rezo para cumplir con la promesa que le hiciera minutos atrás.

2 comentarios:

Evelin dijo...

a esto me refiero cuando digo que acá se refleja tu mirada, tu esencia,tu meta....y aca vas a seguir llegando. Te quiero mucho hermano

Karina Macció dijo...

Dios, qué fuerte y terrible.
Lo contás muy bien.
Da para tanto!
K