jueves, julio 10, 2008

Dolor


“O Dios quiere evitar el mal, pero no puede, y entonces es impotente, o puede y no quiere, y entonces es malo; pero tanto en un caso como en otro no sería Dios”.
Epicuro

Vivimos en un mundo irracional en el que la voces del iluminismo y la modernidad han caído en descredito. La ciencia no nos ha hecho mejores ni más felices. La razón no ha logrado dar respuesta al problema del dolor.

Freud en "El malestar en la cultura" distingue 3 fuentes del dolor y al llegar a la tercera (los vínculos con otros seres humanos) el afirma que esta “Es tal vez más dolorosa que cualquier otra”.

La pregunta que quiero dejar para que mis estimados lectores respondan es la siguiente: Si la deuda que Dios tiene con el dolor de los inocentes, aún permanece cómo un misterio, no será que la nuestra con el inocente y con el que sufre es una ineludible? Ante la pregunta, Dónde está Dios cuando el dolor castiga impiadoso? Me pregunto y os pregunto: Dónde estamos nosotros cuando el prójimo, cuando nuestro hermano humano sufre?
Cuando me pregunto, por qué Dios no hace nada al respecto, no vale acaso la pena preguntarme qué estoy haciendo YO al respecto?

Termino sin coincidir con Epicuro, pues creo que Dios ni es impotente, ni es malo y aún así sigue siendo Dios. Un Dios que da respuesta al dolor sufriéndolo en su propia carne. Respuesta que hasta hoy no se ha hecho definitiva porque no hemos decidido seguir su ejemplo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Casi no se cómo decir.
Me siento conmocionada por lo que leí.
Renovaste el deseo de lograr una conexión ininterrumpida con Dios, para no solo desear, sino lograr definitivamente "seguir su ejemplo".
Una vez más, Muchas gracias!, siempre me hace muy bien leer todo lo que compartis.

SE

Anónimo dijo...

Excelente!