Ella es menuda y arreglada. Simpática y sonriente. Coqueta y fina. Se llama lola y habla un español con acento entre ecuatoriano y americano. Me cuenta de su vida, hasta que yo le comienzo a contar de la mía. Hacía 30 minutos eramos dos desconocidos y yo tocaba a las puertas de madera lustrada en su casa de Texas. Ahora, nos mirabamos de frente y con sus 70 y pico de años (que no se notaban) me habla con un corazón lleno de la sabiduría que le dio la vida. Vivió en Arabia, Alemania, Ecuador, España y ahora USA. En otras palabras y en sus palabras, se veía que realmente había VIVIDO.
Y le escuché sus consejos, y le conté de lo mio... y me sentí a gusto.
El fin de semana siguiente estaba comiendo asado con su esposo, hijos y un amigo que había peliado en la segunda guerra mundial. Hubo historias, anecdotas, risas y cantos al compás de su guitarra. Y Lola me saludó al final de la velada con cariño... Cariño que floreció luego de una tarde compartida sentados a la sombra e ignorando el calor Tejano.Y hay gente tan buena por allí y por aquí. Y hay gente que te hace tanto bien...
Gracias Sergio, Gracias Lola.
2 comentarios:
Leerte es ver tu corazón.
Hombre excepcional que sabe encontrar en los demás, lo que realmente tiene valor.
Será que escribió?. Me preguntaba.
SI!!!, me acomodé para leer.
Qué delicia para el alma!.
Ahora sigo mi día, sintiendo el alma llena,bien.
Gracias otra vez!
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